Había una vez una niña inocente con una caperuza roja, que quería mucho a su madre. Un día, su madre le pidió que llevara una cesta de regalos a su abuela en el bosque. Cuando Caperucita Roja se marchaba, su madre le advirtió: "No dejes que nadie te vea las orejas ni la cola". Cabalgata Roja era mitad humana, mitad loba. Si se descubría su existencia, quién sabía lo que podía pasar. Haciendo caso a su madre, partió hacia la casa de la abuela. Un lobo la atacó, y sin pensarlo Caballo Rojo gritó y lanzó su cesta de regalos. Esto detuvo al lobo, que escuchó con simpatía la situación de Caballo Rojo. Le enseñó un macizo de flores en el bosque. Felizmente, Jinete Rojo fue a recoger las flores. Mientras tanto, el lobo se fue en otra dirección. Con el ramo en los brazos, Jinete Rojo continuó. Pero algunas personas obstaculizaban su camino...